Al principio el conocimiento fue encerrado en 53 signos. Desde entonces Corazones, Tréboles, Diamantes y Picas han sido reproducidos hasta el infinito para jugar, ganar y perder fortunas, pero también para invocar el amor y la ventura.
Las cartas me han contado que los sentimientos y los deseos son visitantes que se quedan un tiempo en nosotros para conducirnos en un viaje hacia nuevos lugares y para bien o para mal... transformarnos.
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